PSILOCYBE CUBENSIS: SILVESTRE, DOMESTICADO Y FERAL POR JAVIER SUAREZ

 La seta mágica clásica, el humilde y disponible San Isidro, que nos espera amoroso en los campos y se deja llevar hasta los hogares, para multiplicarse y crecer junto a nosotros, dándonos una lección extra en la paciencia y el cuidado que debemos tener para garantizar que prospere en los pequeños espacios que para ellos preparamos. 

El San Isidro es quizá el enteogeno más democrático, podemos encontrarlo en los campos donde pace el ganado, creciendo bella y sorpresivamente de las bostas esparcidas por los prados. Atraparlos creciendo en su hábitat silvestre siempre es una bella experiencia, amplios y dorados sombreros destacan entre el verde del pasto y un pequeño mamelón en el ápice del sombrero les da un aspecto de pequeñas pagodas de duendes.

  



Los San Isidro silvestres varían mucho en cuanto al tamaño del cuerpo fructífero –volumen- y potencia psicoactiva –concentración-, son diversos en su apariencia y carácter, como somos diversas las personas que nacemos silvestremente, producto del azar genético y natural. En esto contrastan fuertemente con sus congéneres domesticados, nacidos en ambientes estériles a partir de cepas genéticas estabilizadas, que producen setas con una mayor uniformidad fenotípica y genética. 

Los Psilocybe cubensis domesticados –cultivados- han sido seleccionados a lo largo de las generaciones, potenciando algunas características diferenciales, con lo cual se crean variedades que una vez estabilizadas, generan setas uniformes según sean las características deseadas, por ejemplo con los hongos albinos y leuciticos, los de espora roja, los que generan setas gruesas y cortas con sombrero apretado como los Penys Envy o los que generan grandes sombreros con estípites alargados como los Golden Teacher. La potencia –concentración- de los San Isidros de cultivo, suele ser también muy uniforme y al cultivarse en condiciones estandarizadas, las setas son, por su parte, mas similares a clones que a individuos singulares.

Foto cortesía de Dominick Feragola
Psilocybe cubensis PE

Usualmente estos son los dos tipos de hábitat que consideramos en cuanto a los Psilocybe cubensis, sin embargo, existe un tercer hábitat, no silvestre y no doméstico, sino, tal vez, feral, es decir, de individuos que escaparon de entornos domésticos para crecer en el exterior, generalmente jardineras o cultivos, o de individuos silvestres, cuyas esporas llegaron a colonizar medios artificiales como biopreparados. Estos San Isidros ferales difieren de los hongos silvestres, en que su apariencia es mucho más voluminosa, y se ven más fuertes y resistentes, incluso, es común que mantengan bastantes restos de micelio sobre el sombrero, dándoles un bonito aspecto moteado, también se destaca que el crecimiento de estos cubensis ferales, suele darse de forma más gregaria, formando enormes y apretados grupos. Respecto a los Cubensis domésticos –cultivados-, los ferales difieren en tener un fenotipo más achatado y relleno, siendo más gorditos y por tanto más pesados.


Vale la pena mencionar que este tipo de setas ferales requiere de un sustrato enriquecido, imposible de conseguir en la naturaleza, por lo cual se pueden encontrar creciendo principalmente en jardines recientemente abonados o directamente sobre el compostaje. Además son hongos extremadamente potentes, incluso más que las variedades cultivadas.

Sean silvestres, domésticos o ferales, los San Isidro siguen siendo los súperhéroes de los enteogenos, poniendo en nuestras manos todo su poder triptamínico.  

Javier Suarez

Comentarios

Entradas más populares de este blog

FLY AGARIC: A COMPENDIUM OF HISTORY, PHARMACOLOGY, MYTHOLOGY AND EXPLORATION EDITED BY KEVIN FEENEY: A BOOK REVIEW BY JUAN CAMILO RODRÍGUEZ MARTINEZ

MYSTIC CHEMIST: THE LIFE OF ALBERT HOFMANN AND HIS DISCOVERY OF LSD POR DIERTER HAGENBACH Y LUCIUS WERTHMÜLLER: UNA RESEÑA LITERARIA POR JUAN CAMILO RODRÍGUEZ MARTÍNEZ